miércoles, 11 de mayo de 2016

LA HISTORIA DEL "NICO" LAURÍA

DEPORTES 

Nicolás Lauría y una búsqueda que nunca termina

Amor y básquet. La conmovedora historia del jugador de Barrio Parque y su papá. Lo encontró a los 23 años, pero hace cinco que no sabe nada de él.


“Estaba comiendo con un amigo y me llamó Kyle (Lamonte) para decirme que estaba hablando con mi padre. La comida me quedó atragantada. Corrí a una computadora y le escuché la voz... ‘Hola papá’ le dije y me respondió ‘hola hijo’. Fue increíble”.
Nicolás Lauría se emociona como la primera vez cuando recuerda aquel 14 de mayo de 2011. El jugador de Barrio Parque tenía 23 años y terminaba así una larga búsqueda de su padre, el estadounidense Zachary David Cooper, quien brilló en Peñarol de Mar del Plata a finales de los años ‘80.
“Yo no hablaba bien inglés, pero ese día me salieron fácilmente las palabras. Hablamos como 20 minutos, fue mucha la emoción”, dice. “Igual después no me acordaba nada de lo que le había dicho”, cuenta con una sonrisa. Para el Negro, como se lo conoce en el básquet, fue como tocar el cielo con las manos aquella comunicación por Skype.
Y también fue un descargo: “Había gente de Peñarol que me había dicho que mi viejo había muerto o que te tenía problemas con las drogas”. “La llamé a mamá y le dije ‘¡Está vivo, está vivo!’. Yo tenía la piel de pollo”, confiesa a Día a Día el ala-pivote que mide 2,02 metros que fue campeón de la Liga Nacional con el club marplatense en 2011.
Cooper era un atlético pivote que pasó por Peñarol, en el ascenso y jugó una Liga El estadounidense vivió un intenso romance con Cristina Lauría y fruto de esa relación, nació Nico.
Zachary siguió luego con su rumbo de trotamundos, como muchos de los americanos que llegan y parten, sin rumbo fijo. 
El único recuerdo de Lauría con su papá eran las fotos, cuando él tenía apenas dos añitos, la misma edad que ahora tiene su hija. 
Su madre Cristina perdió todo contacto. “Ella lo buscó, pero tampoco teníamos los medios para hacerlo. Trabajaba muchas horas en el banco para mantenernos y no tenía tampoco mucho tiempo para buscarlo”, añade.
Con la ayuda e insistencia de Lamonte, el jugador que pasó por Atenas en la última temporada de la Liga, Nico finalmente consiguió un teléfono del hermano de su padre. “Me dijo que quería conocerme, que mi abuela quería conocerme”, resalta y sus ojos se le iluminan.
LA HUELLA DEL BÁSQUET
Casi sin conocerlo, su padre le transmitió el amor por el básquet. “Empecé a jugar a los siete años, Peñarol me becó por ser hijo de Zachary. Los que lo vieron jugar me dicen que somos parecidos, aunque él era pivote y medía 2,10 metros, y yo juego de alero y soy más bajo”, rescata Lauría.
“Hablábamos bastante de básquet en esas comunicaciones”, siguió. Como todo chico, siguió adelante. Fueron varias las comunicaciones y hasta le envió una encomienda con una camiseta suya, algunos videos, y cartas. Pero no tuvo más respuestas.“Yo no hablaba bien inglés, pero ese día me salieron fácilmente las palabras", recuerda. (Foto: Nicolás Bravo).
 “Perdí todo contacto”, dice y se apaga su sonrisa. “Los americanos son raros... Convivo mucho con ellos en todos los equipos. Ellos con sus madres son increíbles, pero con sus hijos no son apegados”, cuenta sin reproches Nico, a los 28 años. Desde agosto de 2011 que no volvió a contactarse con su papá.
“Todo tiene su momento. Él tiene todo para contactarme, si no se da, estoy tranquilo. Fue todo muy fuerte hablar y escucharlo”, explica Lauría, quien desde el jueves arrancará la final de la Conferencia Norte del Torneo Nacional de Ascenso (TNA) con Barrio Parque. 
Lejos está de resignarse el Negro. “Mi próximo paso es ir tocarle la puerta”, confiesa. Zachary vive en Louisiana. “Por ahí, cuando termine esta temporada viajo a Estados Unidos. Ojalá logremos el ascenso con Parque y con esa plata me voy a buscarlo”, dice.
“Quiero ver qué le pasa cuando me ve, y que me pasa a mí. Una relación es dos. No es algo que tiene que darse ya, simplemente lo pospuse”, resalta. “Quiero conocer a mis hermanos, son dos, una mujer y un varón, más chicos que yo”, agregó.
En 2011 se conoció la historia y de la producción del programa de Susana Giménez quisieron traerlo a papá, pero me puse en lugar de él y no seguimos”.
El día que habló por primera vez con su padre, Nico jugó su mejor partido: metió 7 triples y fue el goleador con 27 puntos en Peñarol. Era una semi de la Liga.
Mamá, su vida: Más que el apellido
Nico resalta a su madre Cristina. “Ella sola me dio todo. “Tiene muchísimo que ver en todo esto”, dice Lauría.Con su mamá Cristina.
Con papá Zach: El único recuerdo
Cuando Nico tenía dos años estuvo por última vez cara a cara con Zachary Cooper, su padre.La última vez con papá, cara a cara.
Nico Lauría: "Estamos ilusionados con el ascenso"
Barrio Parque jugará la final de la Conferencia Norte del TNA desde mañana ante Echagüe de Paraná, rompiendo varios pronósticos. “Es una final inesperada”, confiesa Nicolás Lauría, uno de los más experimentados en el elenco cordobés que se ilusiona con la Liga Nacional.
“Nos habíamos propuesto llegar lo más arriba posible y estamos en algo histórico... Estamos ilusionamos con el ascenso, estamos a seis victorias de ascender”, dice a Día a Día.
“No nos sobra nada, estamos a tope, pero laburamos mucho para estar en esta situación. Es increíble la calidad de los entrenamientos, por ahí íbamos a pesas y después teníamos libre, pero todo el equipo iba a tirar al aro. Eso marca el compromiso y las ganas de crecer de casa uno”, cuenta Lauría.
Nico destaca a Parque como institución: “Es un club muy lindo, pero por ahí falta un poco de interrelación entre las distintas disciplinas, una buena comunión para que vayan a ver al básquet que estamos por jugar una final”. 
Como cábala, antes de cada partido, Nico se conecta a Skipe para hablar con su mamá Cristina y con su pequeña hija de dos años, quienes en Mar del Plata le brindan su apoyo.El jueves, Barrio Parque arranca la final de conferencia del TNA.

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